Julieta.

jueves, 21 de julio de 2011

(Día 3.) Perdone, ¿no le parece que huele a cerdo por aquí?

Sabes que les pasa a las personas como tú? Les pasa que de tanto vivir los días se les pasan en un soplo de aire y cuando se quieren dar cuenta de los años que han pasado desde la primera vez que comenzaron a jugar se miran al espejo y se ven tan viejos, solos y infelices que deciden que hasta allí han llegado, que ya no quieren jugar más, que la adolescencia les ha quedado muy atrás, pero no pueden... Hay de peores que tan siquiera se dan cuenta de ese hecho y siguen el curso de la vida metidos en ese juego tan adictivo, hasta que se estrellan... Sabes de que juego hablo? Sí ese que se te da tan bien, el de utilizar a las personas, el de jugar con sus sentimientos, el de hacerlas daño... Pero no sabes que la vida te paga con la misma moneda, que quién tanto juega solo se queda. Y entonces te pasa que un día te levantas y quieres jugar, quieres ser joven otra vez... Pero no tienes dinero, no tienes amigos.. y lo más importante, no tienes una familia, y si la tuviste acabaste con ella... Y ahora qué cabrón? Ahora quieres seguir jugando? Pues vas a jugar con tu puta madre.

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